La obesidad tipo 1 es la forma de obesidad más leve. Sin embargo, no por eso es menos riesgosa. El hecho de que exista una acumulación de grasa en exceso, ya implica un riesgo para la salud. Cuando la grasa se deposita en el área abdominal, puede rodear las vísceras como el corazón, páncreas, hígado, etc; tornándose una enfermedad crónica.
El diagnóstico correcto de obesidad debe ser realizado no sólo en base a indicadores antropométricos, sino que se deben evaluar otros parámetros para lograr abordar las diferentes alteraciones metabólicas a tiempo. En este sentido es importante, además de las mediciones corporales, evaluar los antecedentes del paciente (historia clínica, historia de peso, hábitos alimentarios desde el nacimiento) y realizar un estudio de laboratorio completo.
Aquí te explicamos qué es la obesidad tipo 1:
¿Qué es la obesidad tipo 1?
Existen diferentes formas de clasificar la obesidad. La más reconocida es la adoptada por la OMS en base al índice de masa corporal.
Clasificación de la obesidad según IMC. Organización Mundial de la Salud.
IMC | Diagnóstico |
Menos de 18.5 | Bajo peso |
18.5 a 24.9 | Peso normal |
25 a 29.9 | Sobrepeso. Preobesidad. |
30 a 34.9 | Obesidad tipo 1 |
35 a 39.9 | Obesidad tipo 2 |
40 o más | Obesidad tipo 3 u obesidad mórbida |
De esta manera, la obesidad tipo 1 se presenta cuando existe un IMC (P/T2) mayor entre 30 y 34.9.
Sin embargo, se deben tener en cuenta algunas consideraciones:
- El resultado de IMC se debe correlacionar con un exceso de grasa corporal. Esto significa que debe haber un cambio en la composición corporal. No incluye a personas que tienen sobrepeso por la musculatura desarrollada.
- En personas ancianas se debe buscar un punto de corte un poco más bajo, como 28 a 32. Esto se debe a que, con el envejecimiento, las personas pierden masa muscular y ganan grasa.
- Las personas de baja talla también deben ser evaluadas en forma diferente ya que pueden presentar exceso de grasa, aún con IMC dentro de lo normal.
Por último, es importante considerar que la obesidad tipo 1 suele no dar síntomas, a excepción del peso mismo que deben soportar los huesos y articulaciones, así como la fatiga. Sin embargo, las complicaciones aparecen con el tiempo si no se trata.
Riesgos y complicaciones de la obesidad tipo 1
Existen diferentes problemas de salud asociados al exceso de peso.
Esto dependerá de varios factores:
Distribución del exceso de grasa: cuando la grasa se acumula en la zona superior del cuerpo, está más asociada a problemas metabólicos, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, síndrome metabólico, alteraciones en los niveles de colesterol y triglicéridos. Cuando la grasa se concentra en la zona inferior está más asociada a problemas linfáticos, osteoarticulares.
Tipo de obesidad: la obesidad hipertrófica se caracteriza por un tejido adiposo enfermo, con alteración en la secreción de hormonas y sustancias inflamatorias. La obesidad hiperplásica se caracteriza por un mayor número de células grasas y mayor cantidad de grasa dentro de las mismas, pero sin alteraciones en su funcionamiento.
Entre las consecuencias de la obesidad o sobrepeso tipo 1, encontramos:
- Hipertensión arterial
- Dislipidemias
- Síndrome metabólico
- Insulino resistencia y diabetes
- Aterosclerosis
- Apnea del sueño
- Problemas circulatorios (várices)
- Alteraciones linfáticas (celulitis)
- Problemas hepáticos (hígado graso)
- Colecistitis (inflamación de la vesícula biliar)
- Cáncer
- Alteraciones de la microbiota
- Problemas articulares y ortopédicos
En el caso de los pacientes obesos con diabetes tipo 1, es muy común la resistencia a la insulina, un mayor riesgo cardiometabólico y un mayor riesgo de desarrollar complicaciones crónicas en comparación con personas de peso normal con diabetes tipo 1.
Causas de la obesidad tipo 1
Tradicionalmente, se considera que un desequilibrio energético entre las calorías que se ingieren y las que se gastan, junto con el ambiente obesogénico (estilo de vida sedentario, oferta alimentario, factores psicosociales) y factores genéticos eran los causantes de la obesidad.
Sin embargo, en los últimos años se han sumado algunos factores, producto de investigaciones recientes. Uno de ellos es la diabetes tipo 1.
Antes se consideraba que la diabetes tipo 1 era común en personas delgadas. Hoy en día se está viendo que por diversas causas como la administración de insulina exógena que lleva a hiperinsulinemia, mala administración de las dosis o refrigerios para evitar hipoglucemias, las personas que padecen esta enfermedad están desarrollando obesidad.
Según un estudio, es probable que los mecanismos que impulsan la obesidad en la diabetes tipo 1 incluyan genética, epigenética, hormonas enteroendócrinas, microbioma y efectos en múltiples tejidos, órganos, células y orgánulos.
Un estudio publicado en 2021 encontró que los niveles de la hormona grelina (hormona del hambre) no se encuentran aumentados en personas con obesidad y diabetes tipo 1, en cambio, sí se encontró una correlación positiva entre dosis de insulina e índice de masa corporal IMC, lo que sugiere que la obesidad en los diabéticos tipo 1 se desencadena, entre otras cosas, por la aplicación exógena de insulina.
Cómo combatir la obesidad tipo 1
El tratamiento de las personas con obesidad tipo 1 debe ser llevado a cabo por un equipo multidisciplinario que incluya médico especialista, nutricionista, psicólogo, entrenador).
Para que el tratamiento se considere exitoso, debe mantenerse la pérdida de peso por al menos 5 años. También se debe tener en cuenta que la reducción del 5 al 10% del peso inicial, ya conlleva una mejoría clínicamente significativa en los parámetros metabólicos.
Cambio de hábitos
El ejercicio físico de baja a mediana intensidad es el más efectivo para reducir la masa grasa y mejorar la glucosa, presión arterial y niveles de lípidos en sangre.
Además, puede ser llevado a cabo por personas que tengan mayor edad o que tengan complicaciones motoras, ya que no son extenuantes.
Los ejercicios de fuerza o pesas, deben usarse de acuerdo a la condición del paciente y tiene el objetivo de estimular la formación y desarrollo de masa muscular para aumentar el metabolismo basal.
La dieta debe ser hipocalórica, teniendo en cuenta la ingesta actual del paciente. Los abordajes low carb y cetogénicos suelen ser más efectivos para el manejo de pacientes con diabetes e insulino resistencia, ya que ayuda a controlar los niveles de glicemia.
La cirugía de la obesidad está indicada en casos de obesidad refractaria al tratamiento con cambio de hábitos y medicamentos.
Actualmente, existen una serie de tratamientos mínimamente invasivos:
Balón gástrico
Se trata de la introducción a través de endoscopía de un balón de silicona médica, que se llena con solución salina y se introduce en el estómago con el fin de reducir la capacidad gástrica y generar saciedad en forma temprana.
Método POSE
Se trata de una intervención por laparoscopía, en la cual se realizan pliegues en el estómago con el fin de reducir su capacidad de almacenar alimentos. Es una cirugía mínimamente invasiva que puede revertirse cuando el tratamiento llega a su fin y se hayan cambiado los hábitos alimentarios.
Método Apollo
Este método es muy similar al anterior, pero se diferencia en que se realizan suturas en diferentes partes del estómago. También puede revertirse.
Referencias:
- https://muysaludable.sanitas.es/nutricion/tratar-la-obesidad-tipo-1/
- https://www.dovepress.com/obesity-in-patients-with-type-1-diabetes-links-risks-and-management-ch-peer-reviewed-fulltext-article-DMSO
- https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(21)00246-1/fulltext
- https://academic.oup.com/edrv/article/39/5/629/5060447
- https://dmsjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13098-021-00699-4