Aunque pareciera ser que para ciertos individuos bajar de peso es demasiado fácil y para otros no lo es, la ciencia ha identificado con el tiempo diferentes mecanismos y problemáticas que ahora en día son capaces de explicar porque esto es así. Repetidamente achacado a razones genéticas sin justificación absoluta, se ha limitado a decir y/o postular que la razón por la que es demasiado difícil perder peso corporal es por cuestiones de “suerte”.
Hoy en día, sabemos que muchos factores además de los genéticos influyen en el balance energético y el porcentaje de grasa corporal. Uno de esos factores es de los mas cruciales e influyentes: la resistencia a la leptina.
La leptina es una hormona, descubierta por primera vez en modelos animales que caracterizaron la existencia de la misma en la década de los 1950. A partir del descubrimiento de esta hormona, comenzó a ser evidente que había otros factores en juego que explicarían el papel tan decisivo de esta hormona en la cantidad de grasa corporal.
La leptina es una hormona que controla distintas funciones, como la inmunología, el gasto energético, el apetito y la secreción de insulina.
La leptina tiene diferentes receptores a lo largo del organismo, llamados “receptores de leptina (LEPR)”; uno de los mas importantes es el que se encuentra en el hipotálamo, es decir, en el cerebro. La leptina puede llegar hasta el sistema nervioso central de diferentes maneras, pero una de las mas importantes es cruzando la barrera que existe entre el cerebro y la sangre.
No cualquier compuesto químico tiene la capacidad de llegar hasta el cerebro, puesto que esta barrera es muy selectiva. Para el transporte de la leptina es necesario que sea mediado por una “puerta” que es sensible a esta hormona para así permitir el paso hacia el cerebro y así ejercer una de las funciones más importantes que tiene impacto en la pérdida de peso: la modulación del apetito.
Cuando existen demasiadas concentraciones de leptina, se puede desarrollar una condición en la que el cuerpo del individuo ya no tiene sensibilidad a la leptina, llamada resistencia a la leptina.
Aquí te explicamos la resistencia a la leptina:
¿Dónde se produce la leptina?
Curiosamente, el lugar donde se produce la leptina, es el principal contribuidor a la resistencia de la misma.
La secreción de leptina ocurre en un tejido que contribuye de manera particular al índice de masa corporal: el tejido adiposo (grasa corporal). A mayor cantidad de grasa corporal, mayor será la producción de leptina en el organismo.
¿Qué es la resistencia a la leptina?
La lógica que usted podría suponer es que, si un individuo que tiene mucha grasa corporal, produce mucha leptina, y la leptina disminuye el apetito, ¿Por qué es entonces que estos individuos tienen obesidad? ¿Es esto una controversia?
Cuando los científicos se encargaron de elucidar las causas de la obesidad y tomaron en cuenta los niveles de leptina como un posible modulador de la misma, se dieron cuenta de que los individuos con mayor cantidad de grasa corporal sufrían de leptina alta. Esto condujo, entre muchos ensayos preclínicos y clínicos a deducir finalmente que se desarrolla resistencia a esta hormona.
Tal y como ocurre en la resistencia a la insulina en la diabetes mellitus, también se desarrolla resistencia a la leptina si se mantienen los niveles de esta hormona aumentados de manera prolongada.
La leptina es una hormona que en primera instancia le indica al cerebro si existen suficientes depósitos de energía, y decidir si se aumenta o disminuye la cantidad de energía que necesita el organismo para subsistir, con el último fin de lograr que la disponibilidad de energía no deje de existir jamás. Una de las maneras mas eficientes de depositar energía es la grasa, sin embargo, cuando se excede este balance, los receptores de leptina, también dejan de funcionar adecuadamente y se deja de depurar la leptina de manera correcta, lo cual conduce al escenario que describía anteriormente: a mayor cantidad de grasa corporal, mayor cantidad de leptina, pero menor sensibilidad y funcionalidad de la misma.
¿Cómo afecta la resistencia a la leptina en la dieta?
Uno de los síntomas mas comunes en la resistencia a la leptina, es el aumento en el apetito. Si la leptina que se produce ya no es recibida e interpretada de manera correcta, el organismo piensa que no hay depósitos de energía y no recibe la señal de saciedad; es entonces en donde el apetito no se ve suprimido de ninguna manera y entra en un circulo vicioso en el que el individuo no puede dejar de comer, aumenta su cantidad de grasa corporal, aumentan sus concentraciones de leptina y aumenta su apetito, agravando aún mas la resistencia hacia esta misma y haciendo imposible que la persona pierda peso.
¿Por qué se desarrolla resistencia a la leptina?
Aunque no estén exactamente bien establecidas las causas de la resistencia a la leptina, se ha hablado y se ha descubierto el grave impacto que tiene la obesidad sobre la misma. No esta bien definido el diagnóstico de la resistencia a la leptina, sin embargo, se sabe que un individuo con obesidad, diabetes mellitus tipo II y/o resistencia a la insulina, es casi seguro que tendrá algún grado de esa enfermedad.
La leptina, que es producida por el tejido adiposo, abunda mayoritariamente cuando se ingieren comidas o alimentos copiosos o en grandes cantidades o cuando existe un exceso de tejido adiposo en el individuo. A medida que el individuo aumenta de peso, la leptina es producida en mayor cantidad. La leptina es clasificada como una citoquina proinflamatoria, tal y como ocurre con la interleucina-6 (IL-6), solo que la leptina además posee actividades hormonales. La importancia de mencionar que es proinflamatoria, es justamente por las actividades que realiza, dentro de las cuales se encuentran funciones inmunológicas (modulan la manera en la que el organismo se defiende ante un agente agresor como una infección o herida), e incluso puede aumentar el riesgo aterogénico (en términos sencillos, que aumenta el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares), lo cual a fin de cuentas puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, tal y como ocurre con la diabetes mellitus tipo II.
Habiendo reconocido algunas otras características importantes de la leptina, podemos proceder a las consecuencias de tener un exceso de la misma. Cuando se posee un exceso de esta hormona, (a causa de la obesidad principalmente), ocurre un fenómeno en el que la misma leptina, así como los ácidos grasos en exceso producidos por la grasa corporal, pueden dañar los receptores de leptina (LEPR), que se encuentran en el hipotálamo, ocasionando que dejen de funcionar y que usted no registre la señal de saciedad.
Es en este punto en el que el cerebro interpreta este estado como un riesgo de inanición o hambruna, aumentando el hambre y disminuyendo su metabolismo con el fin ultimo de prevenir el riesgo de quedarse sin depósitos de energía. Todo esto ocasiona finalmente que al individuo le sea particularmente difícil perder peso.
Características de la resistencia a la leptina, consecuencias y efectos benéficos de la terapia:
¿Cuándo y es posible revertir la resistencia a la leptina?
Para combatir la resistencia a la leptina con un tratamiento eficaz, se requiere que se eliminen de la dieta los azucares, las grasas saturadas (origen animal), ingerir alimentos de manera moderada (preferentemente sin colaciones y solo en 3 comidas), dormir adecuadamente y aumentar su consumo de fibra y proteínas. Todo esto aunándolo a una rutina de ejercicio, particularmente anaeróbica. Es más difícil revertir la resistencia a la leptina mientras mayor es la edad, pero en cualquier punto de la vida, se puede realizar.
Los suplementos de leptina por vía oral no han demostrado ninguna eficacia para el tratamiento.
¿Quién es apto para recibir leptina de manera externa?
Existen condiciones genéticas como la deficiencia congénita de leptina, y el síndrome de lipodistrofia, en los que la inyección de esta hormona puede ser benéfica pero no esta indicada en el tratamiento de la resistencia a la leptina.
Conclusión
Si bien se ha hipotetizado que la resistencia a la leptina es reversible, las indicaciones terapéuticas son muy comunes a aquellas de llevar un plan de alimentación y un estilo de vida saludable.
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