La obesidad endógena representa alrededor del 10% de todos los casos de obesidad en todo el mundo, y se caracteriza por el hecho de que no es causada por una ingesta excesiva de alimentos y calorías. Es decir, puede ocurrir incluso con una dieta equilibrada, así como en personas físicamente activas. ¿Qué influye entonces en la aparición de la obesidad endógena, cuáles son sus causas primarias y secundarias y cómo se reconoce?
Desde un punto de vista clínico, la obesidad se puede dividir en dos grandes grupos: obesidad endógena y obesidad exógena. La obesidad endógena, secundaria o intrínseca, tiene como causa un origen orgánico, es decir, trastornos de naturaleza endocrinológica, enfermedades neurológicas y diversos síndromes genéticos. En algunos casos, puede ser consecuencia del consumo prolongado de determinados fármacos.
La obesidad endógena se diferencia de la obesidad exógena, donde el principal motivo de aparición del exceso de peso es el depósito de exceso de grasa. Esto significa que existe una ingesta desproporcionada de calorías y su quema. La obesidad exógena también es mucho más común, donde más del 90% de las personas obesas sufren este tipo de obesidad. En su raíz suelen estar los hábitos poco saludables en la dieta y el estilo de vida diario, en contraste con la obesidad endógena, donde la principal causa es un trastorno del metabolismo y del trabajo glandular.
En el resto del texto, descubre todo lo que necesitas saber sobre la obesidad endógena, además de cómo controlar con éxito la cantidad de kilogramos en este caso y alcanzar un peso saludable.
¿Qué es la obesidad endógena?
Antes de responder a la pregunta ¿Qué es la obesidad endógena?, vamos a explicar qué es la obesidad en realidad, es decir, cómo se define.
La obesidad se define como un aumento desequilibrado del peso corporal, de modo que no existe una proporción entre los diferentes componentes del cuerpo. Básicamente, en la obesidad, el peso corporal aumenta debido a una distribución inadecuada de la grasa en el cuerpo. Hoy en día, la obesidad también se conoce como una enfermedad crónica que puede tener diferentes causas.
Por origen, distinguimos dos tipos de obesidad:
- Obesidad exógena
- Obesidad endógena
Si tomamos como criterio el índice de masa corporal o IMC, la obesidad se puede dividir en: sobrepeso, obesidad leve, obesidad moderada y obesidad severa.
La obesidad también se puede dividir según la distribución de la grasa, así tenemos los siguientes tipos:
- Obesidad generalizada: este tipo es más frecuente en el período anterior a la pubertad, y se caracteriza porque no existe una distribución determinada de la grasa corporal en una sola parte del cuerpo.
- Obesidad androide: este tipo de obesidad tiene principalmente la distribución de grasa en el área alrededor de la mitad del tronco, y se asocia con frecuencia a trastornos metabólicos y enfermedades cardiovasculares. Este tipo también se llama tipo central de obesidad.
- Obesidad ginoide: este tipo de obesidad también se conoce como obesidad en forma de pera o periférica, y se caracteriza por depósitos de grasa en la zona pélvica. A menudo se asocia con venas varicosas y cálculos biliares, y es más común en mujeres que en hombres.
- Obesidad visceral: este tipo de obesidad también se denomina obesidad intraabdominal.
El desarrollo de la obesidad puede verse influido por factores ambientales y sociales, dejar de fumar, cambios dietéticos menores o mayores, condiciones psicológicas, períodos estresantes, embarazo, diversas operaciones e intervenciones, y otros.
Características de la obesidad endógena
Cuando se trata de obesidad endógena, este es un tipo de obesidad más raro, con alrededor del 5 – 10% del número total de personas obesas. Lo característico de este tipo de obesidad es que surge de una forma diferente al tipo habitual que la mayoría conocemos, es decir, tiene otras causas. En este caso, el exceso de grasa no se deposita en el cuerpo como resultado de consumir más calorías de las que el cuerpo necesita, sino que es la causa de problemas causados por ciertas glándulas.
La obesidad endógena se produce como consecuencia de la disfunción de las glándulas endocrinas. Entre los trastornos que inciden en su aparición se encuentran los siguientes:
- Hipotiroidismo – trastorno de la glándula tiroides
- Síndrome de Cushing: un trastorno de la glándula suprarrenal
- Diabetes y trastorno del nivel de insulina
- Sindrome de Ovario poliquistico
- Hipogonadismo – testosterona baja
- Bulimia
Las glándulas endocrinas son responsables de regular los niveles bajos o altos de hormonas en el cuerpo. Cuando este sistema de retroalimentación se altera, se produce obesidad endógena.
Otro factor que resulta en la obesidad es la resistencia a la leptina, una hormona que tiene la función de regular el metabolismo de las grasas. En caso de alteración de esta función, también se produce un depósito constante de depósitos de grasa, principalmente porque tu cuerpo cree que necesita más reservas de energía.
La obesidad endógena es, por lo tanto, causada por ciertas razones internas y trastornos del funcionamiento del cuerpo, y no por elecciones personales como la falta de actividad física y una dieta inadecuada. Una de las causas de este tipo de obesidad, que está presente en un pequeño porcentaje de personas en el mundo, es el uso de ciertos medicamentos como los estrógenos (anticonceptivos orales), los antidepresivos y los glucocorticoides.
En el caso de la obesidad endógena, es posible tener hábitos completamente saludables, como el ejercicio regular y una dieta equilibrada. Sin embargo, los trastornos del sistema endocrino impiden reducir la cantidad de kilogramos. Con algunos trastornos del funcionamiento de estas glándulas, también existe la posibilidad opuesta: muchas personas no pueden aumentar de peso, sin importar cuánto lo intenten.
Ciertas irregularidades del sistema endocrino causan obesidad endógena, mientras que otras se caracterizan como factores secundarios de la obesidad y pueden eliminarse después de perder peso.
La diferencia entre la obesidad exógena y la endógena
A diferencia de la obesidad exógena, en la que el exceso de peso se debe a una ingesta excesiva de alimentos, en la obesidad endógena, el exceso de peso es el resultado de trastornos de las glándulas endocrinas y otras disfunciones del organismo. Por otro lado, la obesidad exógena es un tipo de obesidad donde el exceso de calorías se deposita en el cuerpo en forma de depósitos de grasa.
El cuerpo necesita una cierta cantidad de alimentos, es decir, calorías, para un funcionamiento adecuado y un metabolismo energético saludable. Si realizas actividad física, ese número es ligeramente mayor, mientras que necesitarás una cantidad aún mayor para cumplir con los requisitos de energía en situaciones estresantes o durante un entrenamiento muy intenso. Es por eso que los atletas y las personas que realizan actividades físicas extenuantes deben consumir más calorías. También, agotan la cantidad de calorías que ingieren, y de esta manera mantienen la cantidad de kilogramos en valores normales para que no se produzca la obesidad.
Si ingieres más calorías de las que tu cuerpo necesita, pueden aparecer como consecuencia en forma de grasa y kilos. Necesitas quemar las calorías que ingieres para mantener un peso normal y un IMC saludable, o al menos solo comer la cantidad necesaria de calorías si sabes que no usarás el exceso.
El tipo exógeno de obesidad tiene incluso más del 90% de todas las personas obesas en el mundo, lo que no es una gran sorpresa teniendo en cuenta que la mayoría de la población no tiene tiempo para hacer deporte, moverse más o planificar comidas saludables. La vida cotidiana moderna se caracteriza por una forma de vida a menudo poco saludable y malos hábitos, por lo que el exceso de peso puede verse como una consecuencia. Por ello, una forma eficaz de controlar el peso corporal en valores óptimos es a través de las siguientes actividades:
- Más movimiento, actividad física y entrenamiento regular
- Una dieta equilibrada y saludable
- Hábitos diarios saludables
Existen otras razones para la aparición de la obesidad exógena, como diversos factores psicológicos y emocionales: estrés, aburrimiento, soledad y otras emociones. Por lo tanto, en el caso de este tipo de exceso de peso, es necesario ser consciente de sus acciones, especialmente si se consumen más alimentos al mismo tiempo. No es necesario contar cada bocado, pero sí dejar de comer cuando nos sentimos llenos.
La obesidad endógena, por otro lado, también puede ocurrir cuando hay una dieta adecuada y actividad física regular, mientras que la obesidad exógena es lo contrario: la falta de actividad física y una dieta pobre y poco saludable son las principales razones del sobrepeso.
Ciertos factores de riesgo para la aparición de la obesidad exógena son:
- Ingesta excesiva de alimentos
- Un poco de actividad física
- Factores emocionales y psicológicos.
Una de las razones por las que las personas tienden a tener sobrepeso es el mayor consumo de productos industriales, es decir, alimentos, que además de no tener una composición nutricional de alta calidad, no contribuyen a la saciedad y aportan energía de forma adecuada. Por el contrario, la mayoría de estos productos hacen más mal que bien cuando se consumen, especialmente cuando se trata de jóvenes y niños. De esta manera, se dificulta aún más el proceso de una alimentación saludable, que con el cambio de estilo de vida de las últimas décadas, que incluye cada vez menos actividad física diaria, puede resultar extremadamente fácil en sobrepeso u obesidad.
¿Cómo protegerse de la obesidad endógena?
La propia obesidad puede derivar en otros problemas de salud además de diversas enfermedades. Por eso es sumamente importante controlar la cantidad de kilogramos, lo que también es posible en el caso de la obesidad endógena. El sobrepeso y la obesidad pueden afectar el desarrollo de muchas enfermedades, la primera de las cuales son las enfermedades cardiovasculares. Además, el exceso de peso excesivo conduce a enfermedades de la piel, diabetes tipo 2, osteoartritis, apnea del sueño y diversos trastornos psicológicos.
En las personas con sobrepeso, existen complicaciones específicas, como en la mayoría de los casos apnea del sueño, ronquidos, infecciones y trastornos respiratorios, cambios en huesos y articulaciones (debido a una gran carga en forma de peso corporal), lo que trae consigo potenciales lesiones en el caderas, rodillas, articulación del tobillo y similares. Las personas obesas también son propensas a problemas digestivos y altos niveles de triglicéridos y colesterol.
La obesidad es, además de un problema de salud, también un problema estético, por lo que puede empeorar aún más tu estado de ánimo, la confianza en ti mismo y la actitud general ante la vida y la introducción de hábitos saludables para ti. De esta forma, se crea un círculo en el que no estás satisfecho con tu apariencia, pero te sientes mal y desmotivado para cambiar algo en tu día a día.
El primer paso es estar decidido a hacer ciertos cambios para controlar con éxito su peso y alcanzar su número ideal de kilogramos – de una manera adecuada y saludable.
Para poder determinar el diagnóstico de obesidad endógena, es necesario tener en cuenta diversos factores con el fin de determinar adecuadamente su causa y posible tratamiento y cura. Este proceso incluye aspectos como: el peso de los padres, sus hábitos alimenticios, antecedentes familiares de enfermedades, duración de la obesidad, tratamientos previos para prevenir la obesidad y un historial detallado de tu dieta a lo largo del tiempo.
Una serie de factores como la disfunción del sistema metabólico y del sistema endocrino, es decir, determinadas causas genéticas [1] y enfermedades crónicas son los responsables de la aparición de obesidad endógena en la mayoría de las personas que padecen este tipo de obesidad. Considerando su origen en relación con la obesidad exógena, su tratamiento será diferente.
Con la obesidad, debes prestar atención a la cantidad de calorías que comes, no solo contando cada caloría, sino también eligiendo alimentos mejores y más saludables. Al reducir las calorías, no obtendrás resultados ideales si no eliges alimentos saludables y buenos para ti al mismo tiempo. Para obtener los mejores resultados de pérdida de peso, es importante no pasar hambre, sino cambiar tu dieta para que todo lo que no es saludable y conduce al exceso de grasa en el cuerpo se reemplace con su alternativa saludable.
Necesitas eliminar de tu dieta el consumo de alcohol y bebidas calóricas, así como carbohidratos simples, dulces, snacks, grasas saturadas y comida rápida. Asegúrate de que tu dieta incluya proteínas, verduras, grasas saludables y carbohidratos complejos, que se recomiendan con moderación. Puedes mejorar el proceso de pérdida de peso con diversos suplementos [2] como complejos minerales y vitamínicos, pero también con batidos de proteínas y otras preparaciones especialmente diseñadas para lograr los objetivos de pérdida de peso.
A la hora de adelgazar en caso de obesidad endógena, la combinación de una dieta adecuada que se adapte individualmente a tus necesidades y la actividad física regular te ayudarán en la mayor medida.[3] Los tipos de actividad física que se recomiendan si se quiere adelgazar son:
- Actividades cardiovasculares: correr, nadar, correr en una caminadora y otros ejercicios cardiovasculares son ideales para una mejor condición física y un mayor consumo de calorías.
- Entrenamiento de fuerza y carga: el entrenamiento con pesas te ayuda a quemar calorías y grasas mientras fortaleces tu cuerpo y construyes masa muscular.
- Más actividad física a diario: caminar, caminar y moverse todos los días tanto como sea posible es una forma de mantener un cierto nivel de actividad física incluso cuando no tienes tiempo para hacer ejercicio.
Se recomienda que te muevas al menos media hora durante el día y que hagas ejercicio al menos tres veces por semana. El ejercicio que se basa en objetivos realistas para la pérdida de peso gradual te brindará resultados más duraderos, especialmente si se complementa con una buena dieta.
La pérdida de peso normalizará los factores secundarios de la obesidad o mejorará tu estado. Reducir el número de kilogramos puede tener un efecto positivo sobre la hipertensión, mejorando la calidad del sueño, eliminando la apnea del sueño y los ronquidos. El control de las complicaciones e infecciones respiratorias, así como una mejor y más fácil movilidad de las articulaciones y de todo el cuerpo, también son grandes beneficios que se obtienen al perder peso.
Conclusión
La obesidad endógena no es básicamente una ingesta excesiva de alimentos, sino una disfunción del metabolismo y del sistema endocrino. Sin embargo, este tipo de obesidad también se puede controlar con tratamientos adecuados y cambios en la rutina diaria. La mejor combinación para adelgazar en este caso es una dieta equilibrada y ejercicio regular, introduciendo buenos hábitos para tu salud física y mental.El peso saludable que alcances de esta manera puede mejorar significativamente tu estado de ánimo y aumentar tu confianza en ti mismo, además de motivarte a incorporar hábitos alimenticios saludables y más actividad física en tu rutina diaria.
Fuentes:
[1] Frayling, T. M. (2013). Genetic contributors to obesity. Seminars in Pediatric Surgery, 22(5), 270-274. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0889855323000316
[2] Watanabe M, Risi R, Masi D, Caputi A, Balena A, Rossini G, Tuccinardi D, Mariani S, Basciani S, Manfrini S, Gnessi L, Lubrano C. Current Evidence to Propose Different Food Supplements for Weight Loss: A Comprehensive Review. Nutrients. 2020 Sep 20;12(9):2873. PMID: 32962190; PMCID: PMC7551574. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7551574/
[3] Ingrid M. Jazet, Hanno Pijl, Marijke Frölich, Johannes A. Romijn, A. Edo Meinders, Two days of a very low calorie diet reduces endogenous glucose production in obese type 2 diabetic patients despite the withdrawal of blood glucose–lowering therapies including insulin, Metabolism, Volume 54, Issue 6, 2005, Pages 705-712, ISSN 0026-0495, https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0026049505000156